lunes, 26 de abril de 2010

Un Carácter como el de Dios

Definición de Carácter
La palabra Carácter tiene varios significados. Por ejemplo, el carácter de un hombre hace referencia a su personalidad y su forma de ser. Es la suma de todos los rasgos que forman nuestro ser y por lo que nos identifican los demás. El carácter de una persona puede cambiarse o educarse de ahí el entrenamiento en asertividad o habilidades sociales

Introducción
Uno de los aspectos más relevantes con los que fuimos dotados los seres humanos (creados a la imagen y semejanza de Dios: Gen. 1:26) es la existencia de un carácter específico que define en cada uno de nosotros la manera como somos y como reaccionamos al mundo que nos rodea. Algunos llaman a esta manera de ser La Personalidad, y aunque existen diversos tipos de Personalidades la mayoría nos identificamos por conductas pre-establecidas de acuerdo a la cultura en donde nos desenvolvamos.


En general todos los seres humanos enfrentamos en algún momento de nuestra vida situaciones difíciles, que no es mas que ver obstaculizados nuestros anhelos y deseos, vemos dificultades en el camino de alcanzar nuestras metas.

La mayoría de las personas reaccionamos ante los problemas y dificultades de la misma  manera: ansiedad, tristeza, desanimo, depresión, etc., terminamos asociando nuestro estado anímico con las circunstancias que nos rodean, por lo que concluimos aceptando la vieja premisa: Tengo problemas, entonces, no soy feliz.

Todos los seres humanos aspiramos a una vida ideal, soñamos con la manera como queremos que nos salgan las cosas, pero la realidad es muy distinta. Aunque Dios diseño un mundo perfecto para que la raza humana se enseñoreara de él, el pecado trastornó los planes de Dios y dio la entrada a las injusticias, la maldad, el egoísmo, el ventajismo, entre otros.  Por esta razón ahora los Problemas y las complicaciones nunca  nos faltaran, el mismo Jesús nos lo advirtió: “En el mundo tendréis aflicción” (Juan 16:33).

Algunos llegan entonces a la conclusión: La Felicidad no existe o es muy corta, como siempre enfrentamos dificultades entonces siempre vivimos abatidos.

Pero cuando acudimos a la Palabra de Dios, este nos habla a través del Salmista:

Salmo 42:11: “¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío”.

Salmo 37:5: "Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará".

Salmo 37:7: “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades”.

Si, el secreto está en el grado de Confianza (Fe) que tenemos en Dios, en la capacidad de cerrar nuestros ojos y esperar que actúe en nuestra vida en el tiempo de El.

Para lograr esta confianza tenemos que comenzar por cambiar nuestro Carácter viciado con la tristeza y el abatimiento y dejar que el Señor Jesucristo levante en nosotros a través del Espíritu Santo con el cual fuimos dotados un nuevo hombre:

Romanos 6:6: “sabiendo esto, que nuestro Viejo Hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado”.

Efesios 4:22: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del  Viejo Hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos”.

Para terminar con nuestra vieja manera de vivir, necesitamos seguir un nuevo modelo, un ejemplo pleno: Jesucristo, el hijo de Dios. El Apóstol Pablo se atrevió a recomendarnos:

1 Corintios 11:1: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”.

Pasos para ser como Jesús…
1. La primera conducta que debemos aprender de Cristo la describe el Profeta: Isaías 53:7  “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”.

2. En segundo lugar debemos vivir la vida (nuestra conducta) de acuerdo a la voluntad de Dios: Hebreos 13:21 “os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén”.

3. Y en tercer lugar, la característica más importante del carácter de Jesús fue su amor:

Juan 13:34: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”.

Significa que ahora tengo que manifestar amor hacia los demás, no solo a las personas simpáticas y amables que nos benefician, sino también a las personas difíciles, incluyendo a los que procuran hacernos mal. Debemos demostrar la presencia de Cristo en nuestras vidas evidenciando el amor que traspasa todo entendimiento, un amor sin interés. Esto no es posible llevarlo a cabo si lo hacemos con nuestro amor humano egoísta. Es por eso que Dios derramó sobre los que le hemos entregado la vida un Amor ilimitado, que es el amor de Jesús representado en la persona del Espíritu Santo, el cual habita en nuestro interior.

Gracias a este amor, ahora debemos buscar el bien de los demás antes que el nuestro propio, por lo cual entramos en una vida de servicio al prójimo que se convierte en la mejor muestra del Carácter de Dios en nuestras vidas.

Por lo tanto para lograr el carácter de Dios en nosotros es necesario que aprendamos a construir una verdadera relación filial con Jesucristo, una vida de comunión con el a través del Espíritu Santo, de comunicación constante por medio de la oración, de conocimiento de El a partir de su Palabra,  entregándole las riendas de nuestra existencia y una entera dependencia de su persona.

En conclusión, nuestra principal meta a lograr es llegar a ser una imagen de Jesús en nuestra vida: Efesios 4:13: “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.  Que Dios te bendiga.

Por Enoc Portillo

1 comentario:

  1. muy buena esta reflexion hermano, te animo a seguir adelante con este proyecto que es de bendicion para todos los que nos nutrimos de estudios como estos, que nos dan un poco mas de conocimiento de la palabra de nuestro Dios que El Señor te bendiga a ti y tu familia.

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