Hace poco celebramos en nuestra congregación los bautizos de algunos de nuestros jóvenes “hermanos”, cuando pienso en ellos le doy gracias a Dios porque en la actualidad vivimos una era donde la mayoría, especialmente los jóvenes caminan contrarios al camino de Dios.
Al reflexionar sobre lo que significa para los cristianos el bautismo, es preocupante observar como muchas personas lo siguen viendo desde un punto de vista social, o legalistamente para pertenecer formalmente a una Iglesia local como miembro activo.
Cuando seguimos la vida de Jesucristo a través de los evangelios, encontramos que a pesar de ser una persona tan igual como tu o como yo, creció sin contaminación, puro, sin pecado, pues, si Jesús, de niño o adolescente hubiera cometido un desliz, su sacrificio en la Cruz ya no tendría valor para el resto de la humanidad, así que toda su vida fue marcada por la santidad delante de Dios. Pero llegó un momento en su vida cuando experimento la necesidad de comenzar a llevar a cabo la misión de anunciar la buena noticia que a través de su propio sacrificio le traía al mundo pecador.
Llama la atención que lo primero que hace Jesús antes de comenzar su ministerio es celebrar su propio bautismo, por medio del cual simbolizó su renuncia a la vida domestica y familiar que hasta el momento había llevado, luego de ese día ya Jesús no era el mismo hijo de José el Carpintero, se convirtió en un siervo de Dios a tiempo completo. Por lo tanto no podemos dejar de ver ese acto de Bautismo como la marca personal que le indica al resto del mundo que ya no seremos los mismos, que ahora le pertenecemos a Dios enteramente, por lo cual le servimos en todo tiempo. En otras palabras nuestro Bautizo expresa el desprendimiento voluntario a nuestra vida antes de conocer a Cristo y el inicio de una etapa de vida en la que somos totalmente diferentes.
Cuando cada uno de nosotros conocimos a Cristo y escuchamos su llamado, no fue a una vida “religiosa” a lo que nos llamó, lo que El espera de nosotros es una vida diferente, una vida de consagración a El, una vida de obediencia a su Palabra. Una vida que camine en polos opuestos a los de este mundo que cada vez más resalta su oscuridad y pecado.
Por esta razón nuestro bautizo representa de una manera simbólica y pública nuestra renuncia a este mundo y sus reglas, anunciamos nuestra muerte a la esclavitud del pecado y el nacimiento a una vida transformada según la voluntad de Dios: Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Cuando menciono al bautismo como algo simbólico es porque en si mismo no produce efectos mágicos ni sobrenaturales que nos induzcan a llevar una vida santa de manera mística, consiste solo en una declaración pública de lo que voy a ser a partir de ahora; lo que realmente define este cambio en nuestra vida es la obediencia a la Palabra de Dios que trae como consecuencia mi renuncia a lo que era mi vida antes de Cristo: 1 Pedro 1:14 “como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia”.
Llevar esta vida diferente en la voluntad de Dios teniendo que vivir todavía en este mundo pervertido no es nada fácil, requiere de parte nuestra un gran esfuerzo, en el que le demos la importancia merecida a nuestro compromiso con Dios. Tenemos que tomar en serio la voluntad de Dios, pues los ataques del enemigo no cesan ni por un solo momento, requerimos mantenernos en guardia constantemente, para no darle ni siquiera una pequeña puerta por donde pueda atacarnos. A continuación comparto algunos versículos Bíblicos en donde se nos anima a velar en los dos aspectos que fortalecerán nuestra vida en Cristo: La Oración y la Palabra de Dios (La Biblia):
* Deuteronomio 6:17 “Guardad cuidadosamente los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y sus testimonios y sus estatutos que te ha mandado”.
* Salmos 119:9 “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra”.
* Mateo 26:41 “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”.
* 1 Corintios 16:13 “Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos”.
Hoy más que nunca en la historia de la humanidad, observamos un mundo de degradación moral en el que vive esta generación, es por eso que mientras más pecaminosidad existe en el planeta tierra, más debemos nosotros resaltar, pues nos ilumina la luz de Cristo, recordemos que ahora El vive dentro de nosotros, y nos acompaña en todo momento. Por esta razón, nuestro llamado es a constituir algo semejante a una red de Postes de luz que sea capaz de alumbrar a nuestra Comunidad, a nuestra Ciudad, a nuestro País con la Luz de Dios. Hay dos pasajes en la Biblia que nos hablan de manera muy clara sobre como debemos ser diferentes al resto de la humanidad:
Filipenses
2:12 “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. 14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas, 15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; 16 asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado”.
Efesios
5:1 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó asimismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. 3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; 4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias…6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. 7 No seáis, pues, partícipes con ellos. 8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz…15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 1617 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. ”.
Recordemos que miles de ojos nos observan , así que apropiémonos de estas sabias y benditas Palabras para que llevemos la luz de Cristo a este mundo de oscuridad, la única manera es seamos Diferentes!!!. Que Dios te bendiga.
Por Enoc Portillo
lunes, 12 de julio de 2010
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