A causa del pecado que forma parte de la humanidad, todas las personas sin excepción perdimos la capacidad de relacionarnos con nuestro Dios creador: Romanos 3:23 “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Es por esa razón que en el inexplicablemente amor de Dios hacia el género humano, estableció el maravilloso plan a través del cual se humanaría en la Persona de Jesucristo para ofrecerse en sacrificio por nosotros, pagando la deuda de pecado que cada uno arrastra y permitiendo a través de EL, restablecer el vínculo con el Santo Dios.
En las Santas Escrituras encontramos uno de los más famosos versos: Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Cuando leemos en este versículo la palabra CREE, no se trata de conocer su existencia, yo puedo creer que existió Simón Bolívar, Napoleón Bonaparte, Jorge Washington, incluso puedo estar de cuerdo con las acciones que realizaron cuando pasaron por el mundo, puedo estar de acuerdo con sus postulados y pensamientos, pero todo esto está basado en el conocimiento que tengamos de ellos. El significado de CREER en la cita anterior va más allá del conocimiento que tengamos acerca de la existencia del Hijo de Dios pues si fuera solamente por eso tendríamos que aceptar que los demonios también serían salvos: Santiago 2:19 “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan”.
lunes, 20 de septiembre de 2010
lunes, 13 de septiembre de 2010
Nuestra meta: Ser como Cristo
Reflexionando en las palabras del Apóstol Pablo a la Iglesia en relación a nuestra responsabilidad en el “crecimiento espiritual” nos damos cuenta de la imperiosa necesidad de enfocarnos en la Meta a conquistar por todo “Cristiano” verdadero: La Estatura de Cristo: Efesios 4:13 “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.
En este versículo encontramos la importancia que tiene para nosotros alcanzar “el conocimiento del Hijo de Dios” para lograr la meta anhelada de ser como Cristo. Obtener este “Conocimiento” solo tiene una manera para lograrse: a través de las Santas Escrituras o como la conocemos en nuestro tiempo: La Biblia: 2 Timoteo 3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
Por esta misma razón fue que el mismo Señor Jesucristo nos mandó a utilizar su Palabra: Juan 5:39 “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”
En este versículo encontramos la importancia que tiene para nosotros alcanzar “el conocimiento del Hijo de Dios” para lograr la meta anhelada de ser como Cristo. Obtener este “Conocimiento” solo tiene una manera para lograrse: a través de las Santas Escrituras o como la conocemos en nuestro tiempo: La Biblia: 2 Timoteo 3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
Por esta misma razón fue que el mismo Señor Jesucristo nos mandó a utilizar su Palabra: Juan 5:39 “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”
martes, 7 de septiembre de 2010
Creciendo en la Palabra de Dios
Cuando un “Cristiano” experimenta el nuevo nacimiento comienza a vivir una nueva dimensión espiritual que antes no tenía, es un comenzar de nuevo desde cero en una relación íntima y con una Persona real llamada Jesucristo. Esta nueva convivencia requiere de un aspecto importante que forma parte de todo organismo vivo como lo es el Crecimiento. Igual como nos sucede en lo físico, también en lo espiritual necesitamos crecer en el grado de relacionamiento con Cristo, lo cual se traduce en un acercamiento progresivo al Señor Jesús que va dibujando en nuestro carácter su misma semblanza haciéndonos más parecidos a Él cada día. Efesios 4:12-13 “a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”
Para lograr un crecimiento espiritual progresivo al igual que sucede en nuestro lado físico se requiere aplicar en nuestro estilo de vida una serie de leyes, mandamientos, preceptos y normas creadas precisamente para garantizar un crecimiento saludable. Es un deseo generalizado, pues en el ambiente físico todas las personas desean y sueñan con experimentar un crecimiento saludable que nos haga sentir bien y que nos garantice el disfrute de una larga vida saludable. Precisamente para evitar las enfermedades, los seres humanos debemos cumplir con una serie de mandamientos, reglas y normas como cumplir con unos Buenos Hábitos Alimenticios. Lamentablemente estos hábitos no están implícitos en nuestra naturaleza, es por eso que debemos primero aprenderlos (Educarnos) poniéndolos en práctica para entonces poder experimentar sus beneficios.
Para lograr un crecimiento espiritual progresivo al igual que sucede en nuestro lado físico se requiere aplicar en nuestro estilo de vida una serie de leyes, mandamientos, preceptos y normas creadas precisamente para garantizar un crecimiento saludable. Es un deseo generalizado, pues en el ambiente físico todas las personas desean y sueñan con experimentar un crecimiento saludable que nos haga sentir bien y que nos garantice el disfrute de una larga vida saludable. Precisamente para evitar las enfermedades, los seres humanos debemos cumplir con una serie de mandamientos, reglas y normas como cumplir con unos Buenos Hábitos Alimenticios. Lamentablemente estos hábitos no están implícitos en nuestra naturaleza, es por eso que debemos primero aprenderlos (Educarnos) poniéndolos en práctica para entonces poder experimentar sus beneficios.
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