Reflexionando en las palabras del Apóstol Pablo a la Iglesia en relación a nuestra responsabilidad en el “crecimiento espiritual” nos damos cuenta de la imperiosa necesidad de enfocarnos en la Meta a conquistar por todo “Cristiano” verdadero: La Estatura de Cristo: Efesios 4:13 “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.
En este versículo encontramos la importancia que tiene para nosotros alcanzar “el conocimiento del Hijo de Dios” para lograr la meta anhelada de ser como Cristo. Obtener este “Conocimiento” solo tiene una manera para lograrse: a través de las Santas Escrituras o como la conocemos en nuestro tiempo: La Biblia: 2 Timoteo 3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
Por esta misma razón fue que el mismo Señor Jesucristo nos mandó a utilizar su Palabra: Juan 5:39 “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”
Definición del término Escudriñar:
1.- Escudriñar. tr. Examinar, inquirir y averiguar cuidadosamente algo y sus circunstancias. Real Academia Española.
2.- Escudriñar v. tr. Examinar u observar una cosa con gran cuidado, tratando de averiguar las interioridades o los detalles menos manifiestos. Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. 2007 Larousse Editorial, S.L.
La Palabra de Dios (La Biblia) se asemeja a un Espejo Especial en el que cuando nos miramos vemos reflejada en el, todas nuestras imperfecciones, todo nuestro pecado. Por esta razón, la mayoría de los hombres se niegan a verse a sí mismos tal como son a través de la Palabra y por eso en el Pasado la Religión Popular llegó incluso a Prohibir su lectura haciendo ver que eran demasiado difíciles de entender. El resultado de esta actitud fue que una gran cantidad de personas en el mundo rechazan el uso de la Biblia excusándose en que no la entienden.
Pero la buena noticia es que no hay nada más sencillo y fácil de entender que la Palabra de Dios: Mateo 11:25 “En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños”.
Para entender las Sagradas Escrituras no se requiere de preparación académica previa, ni doctorados, ni ningún título, ni pasar años de estudio secular. Solo requiere de nuestra parte humildad y el entendimiento lo da Dios a través de la obra del Espíritu Santo en una vida de comunión con Cristo. Es por esto que los que no han nacido de nuevo no la entienden hasta que la “Escudriñan” con humildad buscando la verdad en ella: 1 Corintios 2:14 “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”.
A medida que nos acercamos a Dios, nos debería aumentar el hambre de su Palabra, de manera que produzca en nosotros la búsqueda diaria de una buena ración que nos sacie de los manjares espirituales contenidos en la Biblia. Es muy recomendable que antes de leerla tengamos una oración a Dios pidiendo que nos revele el conocimiento necesario para corregir nuestra vida como podemos leer en estos versos:
* Salmo 119:130 “La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples”.
* Salmos 119:34 “Dame entendimiento, y guardaré tu ley, Y la cumpliré de todo corazón”.
* Salmos 119:27 “Hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en tus maravillas”.
Al igual que Cristo lo hizo en el pasado con sus Discípulos también lo hará con nosotros, concediéndonos el entendimiento y el discernimiento necesario para alimentarnos de su Palabra: Lucas 24:45 “Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras”
En consecuencia nuestra actitud al escuchar la Palabra de Dios en cualquier Estudio de la misma debe ser como la de los judíos de Berea, cuando el Apóstol Pablo les predicó, ellos se motivaron a confirmar sus enseñanzas a la luz de la Palabra. Hoy en día no sucede así en muchas Iglesias, los cristianos suelen decir Amén a todo lo que oyen sin corroborar que lo que oyeron esta a tono con el texto bíblico. Hechos 17:11 “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”.
Por esta razón son muchos los cristianos que viven como se dice en el argot popular “metiendo la pata”, es decir, cometen errores en su conducta y en su manera de vivir por no tomar en cuenta a la Santa Palabra de Dios y viven su vida en derrota en lugar de la Victoria que nos concedió Cristo en la Cruz: Mateo 22:29 “Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”.
El leer y escuchar la Palabra de Dios debe causar un impacto de cambio, trastornando nuestras vidas, después de oírla no deberíamos ser los mismos: Lucas 24:32 “Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?”.
La principal razón para “escudriñar” y aprender inclusive memorizando las Santas Escrituras se debe a que como Cristianos enfrentamos a diario una terrible lucha con los poderes del mal, y solo podemos defendernos y atacarlos utilizando la Palabra de Dios, pues ella se constituye en un poderosa arma: Efesios 6:17 “Y tomad el yelmo de la salvación, y la Espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”.
Es por esto que necesitamos memorizarla, pues la forma de utilizarla al enfrentar un ataque del enemigo nos lo enseño el propio Señor Jesucristo cuando el Espíritu Santo lo llevó al desierto y Satanás lo tentó, el usó la Palabra de Dios diciendo: “Escrito está” e inmediatamente le mencionó al enemigo el contenido del Sagrado Libro. De esa manera, cuando nosotros atravesamos una tentación necesitamos conocer una porción (Versículo) con la cual enfrentemos a Satanás diciendo “Escrito Está…”; por ejemplo si un Hijo de Dios es tentado por una mujer extraña, en ese momento no sirve mucho recordar Juan 3:16, es más útil recordar en nuestra mente un versículo adaptado al momento: Efesios 5:25 “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”. Esto es lo que se conoce como el Rema de Dios, es decir, su Palabra Santa hecha realidad en nuestra vida.
Adicionalmente tenemos la promesa divina del Señor Jesucristo que manifestada en la obediencia de su Palabra en la bendición de ser escuchadas nuestras oraciones de acuerdo a su voluntad: Juan 15:7 “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”.
Recordemos también esta promesa: Josué 1:8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.
Así que no tenemos más excusas para cumplir el mandamiento de Cristo de Estudiar, aprender y obedecer la Santa Palabra de Dios.
Es tiempo de comenzar, hay mucho que aprender para llegar a la meta, a la Estatura de Jesucristo.
Que Dios te bendiga!.
Por Ing. Enoc Portillo
lunes, 13 de septiembre de 2010
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