Hace poco conversaba con un familiar, quien de manera categórica me decía no creer los anuncios proféticos que se hacían sobre “el fin del mundo”, para ella el fin del mundo le llega a cada quien con la muerte. Pues meditando en esto, me he dado cuenta de que uno de los temores más antiguos que ha enfrentado la humanidad se refiere al tan esperado pero no deseado “fin del mundo”
A pesar que desde hace mucho tiempo han aparecido “profetas” como el famoso Nostradamus, quién basaba sus vistas del futuro en la astrología principalmente, han existido civilizaciones como los Mayas, quienes dieron una visión del porvenir a partir de médiums que realizaban culto a los muertos (Demonios), y grupos religiosos como los testigos de Jehová y los adventistas quienes han determinado varias veces el día de tan catastrófico acontecimiento basado en las “visiones” que tenían sus líderes fundadores. Conseguimos que antes de todos estos fueron las Sagradas Escrituras (La Biblia) las que bajo la inspiración directa del Espíritu Santo establecieron el panorama futuro en el que la humanidad como la conocemos actualmente desaparecerá, dando paso a una nueva existencia humana caracterizada principalmente por la ausencia del pecado. Apocalipsis 21:1: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más”.
Este mundo ha recibido de parte de Dios el regalo de Salvación más grande expresado en el sacrificio de entregar a su propio Hijo: Jesucristo, el Dios que se humilló haciéndose uno de nosotros para cargar en él nuestra propia culpabilidad y aún así la mayoría le ha rechazado y le ha dado la espalda al plan de Dios por salvar a la humanidad. Es por eso que tiene que haber un Juicio para todas las personas que habiendo tenido la oportunidad de recibir el precioso don de la Vida Eterna mas bien se hicieron participes en el crimen más catastrófico que ha sucedido en esta tierra como lo fue la crucifixión de Cristo.
Hoy en día las personas se han vuelto escépticas con respecto al tiempo cuando ocurrirá el tan anunciado “fin del mundo”, un poco gracias a los fracasos que en materia de “profecías” han tenido los grupos religiosos que se han atrevido a ponerle fecha y que luego no ocurrió nada, como por la cantidad de películas que han planteado el evento hasta el punto que lo confundimos con una trama cinematográfica que solo nos causa temor por unas horas. El hecho es que desde hace muchos siglos se viene advirtiendo: El fin del mundo se acerca, y como ha pasado tanto tiempo sin ocurrir nada la mayoría de las personas se vuelven incrédulas al respecto. Pero la Biblia nos advierte: 2 Pedro 3:9: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.
De nuevo gracias a una obra cinematográfica basada en unas supuestas “profecías” de los Mayas se le vuelve a poner fecha al acontecimiento: 21 de diciembre de 2012, y ya está generando en muchos las dudas: ¿será o no será cierto? A consecuencia del desconocimiento de la Palabra de Dios por la mayoría de las personas (incluyendo a muchos cristianos) se presta atención a las habladurías de muchos, y de manera morbosa o masoquista la gente comienza a comparar de nuevo los hechos y acontecimientos que ocurren alrededor nuestro para asociarlos con tales profecías, para luego comenzar a sentir un estrés y nerviosismo pasajero, es como esas personas que les gustan las películas de terror porque pareciera que disfrutaran sentir miedo y escalofríos.
El verdadero problema con el “fin del mundo” es que NO HAY MANERA de saber cuando ocurrirá, Mateo 24:36: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre”. Solo Dios tiene la respuesta a esa incógnita y aunque su Palabra (La Biblia) nos ayuda dándonos indicios basados en acontecimientos: Terremotos, Catástrofes, Guerras y rumores de guerras, Hambres, Enfermedades, Caos, etc., los mismos se vienen dando desde hace mucho tiempo. Así que estos solo nos sirven para mantenernos alerta en nuestra posición de vigilancia. Mateo 24:42: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”.
Conozco a muchos que viven en un estado de nerviosismo general, pendiente en las noticias de cuanto hecho lo puedan relacionar con las profecías apocalípticas, y muchos religiosos se aprovechan de esto para atemorizar a sus seguidores y a los no convertidos con la hipotética idea de no salir bien librado en el desenlace final de nuestro mundo.
La Biblia relaciona el fin del mundo con la segunda venida de Jesucristo a la tierra, quien descenderá de nuevo a cumplir algunas promesas. Hechos 1:11: …“Varones Galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. La primera promesa a cumplir por el Señor Jesús: venir a buscar a su Amada Iglesia, es decir, a todas las personas que lo esperan de manera sincera haciendo su voluntad. A este grupo de personas no nos atemoriza el “fin del mundo”, porque Cristo nos liberó de participar en el, y a pesar de que actualmente estamos viviendo lo que las Santas Escrituras llaman “principios de dolores”, vivimos confiados de que nuestro futuro está garantizado al lado del Señor: Juan 14:3: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
A los cristianos, no nos debe llamar la atención lo relacionado con los acontecimientos que bíblicamente nos hablan de lo cercano que está nuestro Salvador en su venida, y menos para atemorizarnos, por el contrario, estos nos deben llevar a una diaria evaluación de nuestros esfuerzos en vivir de manera como si “supiéramos” que Cristo viene hoy, es decir, en Santidad: Mateo 24:43: “Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa”. Estoy seguro que si supiéramos con certeza que hoy es el día que Jesús viene por nosotros, nuestra actitud y conducta serían de acuerdo a la voluntad de Dios, como diríamos en forma popular: andaríamos derechitos. Pues ese es el verdadero deseo de Dios, que su pueblo muestre una conducta similar a la que nos mostró Jesús en su primera visita a nuestro planeta. Vivir en Santidad es a lo que la Biblia, la Palabra de Dios llama “prepararse” para recibir al Señor Jesús de un momento a otro. Mateo 24:44: “Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”.
Siempre me ha llamado la atención la comparación que hace la Biblia de la venida del Señor con un “ladrón en la noche”. Pues ciertamente la conducta de los amigos de lo ajeno es visitarnos sin previo aviso, por lo tanto muchos en la actualidad se preparan con rejas, alarmas, perros guardianes, etc. y a pesar de esto, nunca sabemos cuando aparecerán para sorprendernos. Estoy seguro que de saber de la visita de un ladrón no nos acostaríamos a dormir de manera tranquila, estaríamos en vela, si es posible durante toda la noche. Al reflexionar sobre la comparación bíblica he entendido que a las personas que el Señor sorprenderá como “ladrón en la noche” son aquellos que viven sin pensar en lo inminente de su venida. Pero a los que confiadamente lo esperamos, no nos sorprenderá, por que como lo estamos esperando, estamos siempre preparados.
En conclusión, Dios no quiere que le busquemos atemorizados por el miedo de enfrentar el fin del mundo, El quiere que miremos el gran amor que demostró Jesucristo al enfrentar la cruz por nosotros, y que si decidimos seguirle es por la convicción que el es nuestro Salvador y Señor, así que estemos más atentos a nuestro diario caminar y a nuestro crecimiento espiritual que a los angustiantes acontecimientos apocalípticos.
Y si tu, querido amigo, todavía no tienes asegurado el porvenir con Cristo y enfrentas los temores a los acontecimientos preparados para el fin de la humanidad, quiero decirte que todavía hoy tienes la oportunidad de ser rescatado, solo tienes que buscar a Cristo, reconociendo tu vida de pecador y mostrándole tu arrepentimiento pidiéndole perdón, reconócelo como tu Salvador y Señor, te invito a que leas la Biblia pidiéndole al Espíritu Santo que te de el discernimiento y hallarás la vía de escape a la ira de Dios que se manifestará en los últimos tiempos. Que Dios te bendiga.
Por Enoc Portillo
lunes, 3 de mayo de 2010
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"Ustedes oirán de guerras y de rumores de guerras, pero procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin. Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos por todas partes. Todo esto será apenas el comienzo de los dolores"
ResponderEliminarBueno, ahí está..el mismo Jesús dice: "Procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda..."
me encanta y esta buenisimo ya que me aclara muchas dudas...
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